¿Por qué arbolaga?



Arbolaga es uno de los muchos nombres que recibe el Ulex Europaeus: planta invasora, mala hierba, maleza, rastrojo, hierbajo.

Allí donde crece trata de abarcarlo todo, robando el sol, pero esto también la convierte en una excelente cubierta protectora para la germinación de otras especies nativas que necesiten de sombra. Como leguminosa, aporta y fija nitrógeno de manera natural al suelo, fertilizándolo y acompañando a las demás especies en su crecimiento. Cuando las demás plantas a las que ha dado cobijo han crecido lo suficiente como para sombrearla, esta muere, dando paso a un nuevo ecosistema.

Todo territorio es un conjunto de diversidad y cada componente y sus capacidades dependen de la mirada con la que lo estudiemos y trabajemos. Como cooperativa, la arbolaga nos permite hablar de nuestra ética de trabajo: acompañar desde el reconocimiento de la complejidad de los distintos sistemas territoriales y de las dinámicas entre sus recursos y habitantes; la atención a todo aquello previamente descartado o no considerado; y el compromiso de saber cuándo el proceso de acompañamiento ha finalizado, dando paso a las iniciativas y proyectos impulsados.